
Así que... hoy el drama me afectó.. (¿?) Sí ya, todo es culpa del pasado atormentador, ¿si? ¿OK? Bien, me calmo. Es que estoy un poco histérica, es todo.. u.u En fin, no más dramas, I promise, wife.. ♥ Ich liebe dich ;D
Dolor, lágrimas y una muralla
Acabas de escucharlo, y te sientes tan estúpida.
Sientes el crujir de tu corazón adentro, todo se está cayendo a pedazos en tu interior.
Creías que aún quedaba un pedacito de esperanza, algo que acariciaba tus sentidos y te motivaba a volver a intentarlo.
Pero lo triste del asunto te dice que no existen esas esperanzas, tú torpe e ilusa las inventaste. Entonces luchas por pretender una sonrisa y le restas importancia al asunto.
Finges felicidad y que nada te importa. Gritas, festejas, cantas, bailas… ¿Después de todo es un fiesta, verdad? Y tú eres capaz de soportar todo ese teatro
Es mi vida, mi patética mentira.
Entonces llegas a casa, tu agridulce hogar cubierto de soledad y oscuridad.
Quizás es mejor que no haya nadie en ese momento, así te evitas te descubran en aquel lamentable estado de depresión.
No soportas más el martilleo constante de tu adolorido corazón en el pecho y te desmoronas sobre el suelo.
Los tacones te lastiman, sientes las ampollas en tus pies y el dolor en tus tobillos. Te quitas los zapatos y los lanzas hacia algún lugar. No quieres saber de ellos.
Algo cálido roza tus mejillas, el salado sabor de las lágrimas llega hasta tus labios. Observas tu reflejo en la ventana, apenas iluminada por la luna. Sobre tus mejillas hay dos líneas de color negro.
No quieres mirar más, aún cuando la imagen sea borrosa, tú no quieres ver tu aspecto.
Tomas tu cabeza entre tus manos y te recriminas por haber sido tan estúpida. ¿Maquillaje excesivo, sandalias de tacones y las uñas más largas de lo que tu soportas? Esa no eres tú.
Ahora todo eso se va en un parpadeo, ya imaginas tu imagen en este momento. Destrozada.
Te deshaces del gancho que sujeta tu cabello, te quitas las pesadas joyas, no te importa, nada te importa.
Al diablo con todo, no sirvió de nada ponerme todo esto por él.
El silencio es irrumpido por tus sollozos desesperados, te cubres la cara con las manos y lloras hasta cansarte, hasta no poder más.
No merece ni mis lágrimas y yo se las estoy regalando en bandeja.
Levantas la mirada y observas al frente. Oscuro, no hay nadie en casa. Con el dorso de tu mano te limpias las lágrimas y te reincorporas, solo quieres seguir tu camino.
Ignoras el dolor al caminar, el frío en tus pies descalzos y el maquillaje corrido.
Solo sigues caminando, con la frente en alto y los ojos cristalinos.
La voz se te quiebra en un sollozo nuevo, estás recordando sus palabras otra vez. Cinco palabras que te quebraron en dos, y sientes que vas a caer de nuevo.
Con todo tu esfuerzo llegas hasta el baño, te encierras allí y recargas tu cuerpo contra la puerta.
Nuevos sollozos, más lágrimas.
Lloras, hasta sacar todo de una vez, para que no atormente tu ser, por que no quieres tener pesadillas esta noche.
Pasan horas, minutos, segundos. No sabes exactamente cuánto, pero es bastante.
Has dejado de llorar, estás lista para observar tu rostro. Enciendes la luz y vas hasta el espejo.
Los ojos hinchados y negros por el rimel, tu cabello desordenado, una expresión vacía.
Te quitas la ropa y entras a la ducha, dejas que el agua recorra tu piel, y te deshaces del maquillaje, tu cabello se moja, tus ampollas alivian su dolor un poco.
Al salir, enredas la toalla alrededor de tu figura, y te observas otra vez. No queda rastro alguno, de nada. Ni de sufrimiento, amor, dolor o desesperación.
Decides que ese será tu rostro ahora. Nadie va a lastimarte, nadie podrá romper el muro que vas a formar, nadie te verá quebrantarte otra vez.
Sabes que solo una cosa puede volver los sentimientos a ti.
El pasado.